27 de octubre de 2025
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Teo Rodríguez, el chef que prepara la receta perfecta para cocinar el pregón de Tordesillas

Actualidad

2 de septiembre de 2025

El ganador del VIII Campeonato Mundial de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid es el “orgulloso y muy nervioso” elegido para inaugurar las fiestas de la Virgen de la Guía y de la Peña el próximo lunes

Aún en shock y en proceso de asimilar la noticia, el chef Teo Rodríguez, gerente del restaurante ‘El Trasto’ y ganador del VIII Campeonato Mundial de Pinchos Ciudad de Valladolid, es el pregonero elegido para dar el pistoletazo de salida a las fiestas patronales de la Virgen de la Guía y de la Peña el próximo lunes 8 de septiembre. Y es que aunque el afamado cocinero cuenta con una relación muy estrecha con la localidad, admite que «jamás había pensado que iba a tener el privilegio de subirme al balcón del Ayuntamiento de Tordesillas para dar el pregón». Pero si algo tiene claro es que asume este cometido con «ilusión y orgullo», y sobre todo «muy nervioso y con algo de canguelo».

A pesar de haber vivido su infancia en la pequeña localidad de Vega de Valdetronco, revela que en su D.N.I. pone que es nacido en Tordesillas. Además, algo que muchos no saben es que su propio abuelo fue alcalde de la Villa del Tratado durante la friolera de dieciocho años. «Dos razones más que de peso para decir que soy tordesillano», puntualiza Rodríguez.

Recuerda que la noticia le llegó totalmente de sorpresa y que no miente cuando dice que nunca había pensado que se le fuera a conceder este honor. «Cuando me llamó el alcalde estaba trabajando, en pleno servicio por la noche, y no me lo podía creer. Mira que he dado charlas y conferencias, pero siempre relacionadas con aquello que controlo que es la cocina, nunca un discurso tan amplio y concreto a la vez, así que, al colgar, lo primero que pensé fue ¿y qué hago yo ahora?», explica risueño.

Sin embargo, tiene claro que su alocución va a estar cargada de referencias a lo que le contaban de pequeño sobre las fiestas, «cómo eran en la época en la que mi abuelo era alcalde, las dificultades qué había y lo bien que se lo pasaban», pero también de sus propias vivencias, para dar lugar a «la receta perfecta con los ingredientes adecuados» y que sus palabras sean «amenas y divertidas para que todo el mundo las disfrute».
Admite que esta responsabilidad le da «mucha vergüenza». «He sido testigo de muchos pregones, y aunque yo he hecho méritos en mi carrera no sabía que ganar el Campeonato Mundial de Tapas me fuera a dar esta sorpresa». Sin embargo, afirma que también se siente «muy orgulloso», no solo por él mismo, sino también por su familia y lo que sentirían los que ya no están por verlo dando el pregón. «Así que voy a intentar estar a la altura y que todo vaya bien, y a seguir el consejo de mi madre, que es disfrutar al máximo ese momento porque lo voy a recordar el resto de mi vida».

Rodríguez comenta que, además del día del pregón, quiere que las patronales sean unos días de recuerdos y reencuentros, ya que desde hace unos años no puede asistir a las mismas por motivos laborales, «pero este año, mínimo, voy a acercarme también el sábado de los faroles», pues revela que este festejo es para él «lo mejor» de las fiestas, y aprovechando que su hijo también va a acudir, quiere vivir este día «como antes» y quedar con «buenos amigos que el resto del año apenas puedo ver».

«Tengo ganas de disfrutar con ellos y rememorar aquellos recorridos que hacíamos durante las fiestas y pasar por lugares como el refugio, la panera o sitios que te tienen muy marcado porque has pasado en ellos ratos increíbles». Pues, según sostiene el chef, Tordesillas le ha dado «algunos de los mejores recuerdos y anécdotas de mi juventud».

Entre risas, cuenta cómo de niño la boda de un primo en Madrid el sábado de los faroles le cayó como un jarro de agua fría, «me puse muy burro porque no quería ir, ya que para mí es la noche más especial, y mi padre me dijo que no me preocupase que a las once estaría en la plaza. Y así fue. Por el camino me vine cambiando en el coche, y a las once y cinco minutos entraba por la Plaza Mayor», relata. Asimismo, otra de sus divertidas aventuras fue durante un torneo del Toro de la Vega, «recuerdo que acabé subido en un pino y el toro debajo… y llegué a casa con miles de arañazos por todo el cuerpo porque me abracé al tronco y de ahí no había quien me moviese», recuerda.

Y entre anécdota y anécdota afirma que espera con ganas la llegada del día del pregón, pues aunque los nervios juegan un papel importante en su receta, el orgullo va a ser el ingrediente principal, y solo espera que todos los vecinos disfruten tanto como él de este discurso tan especial.